viernes, 25 de febrero de 2011

Linda Watkins, (en busca de una respuesta al dolor cronico).

En la mujer de hoy quiero compartirles lo que ha logrado Linda y sobre todo que  es una mujer de èxito que se ha obsesionado desde hace más de tres décadas al dolor crónico. Ah tratado de entender cómo funciona, para llegar a controlarlo algún día.


Precisamente por sus innovadoras investigaciones sobre el dolor, la fisióloga y bioquímica estadounidense Linda Watkins recibirá el viernes en Oviedo el Premio Príncipe de Asturias a la investigación científica y técnica. Será la tercera mujer galardonada en este campo en la historia de los premios, después de la primatóloga británica Jane Goodall y la neuróloga portuguesa Hanna Damasio. Watkins comparte el premio con otros dos científicos cuyas investigaciones pioneras también se centran en el dolor, el fisiólogo estadounidense David y el genetista Israelí.
Watkins y su equipo de la Universidad de Colorado en Boulder descubrieron que las células gliales -unas células inmunes del sistema nervioso- juegan un papel fundamental en el aumento del dolor, al excitar a las neuronas que transmiten las señales de dolor. Este descubrimiento ayudó a entender, entre otras, por qué algunos tratamientos analgésicos –que actúan sobre las neuronas- no consiguen muchas veces atenuar con éxito el dolor crónico. Y estas células ahora pueden ser la pieza que falta en el rompecabezas para entender cómo combatirlo.

Los últimos trabajos de Watkins y su equipo les han permitido entender cómo la morfina –utilizada para reducir el dolor- afecta a las células gliales y a las neuronas de manera diferente, al involucrar a diferentes receptores. “Esto quiere decir que podríamos llegar a separar los efectos positivos de la morfina –su habilidad de mitigar el dolor al actuar sobre las neuronas- de todos los efectos negativos que se producen cuando excita a las células gliales”, explicó la médica recientemente en la página web de la universidad donde enseña.
En este momento, intentan desarrollar nuevos medicamentos que efectivamente mitiguen el dolor, sin efectos como la tolerancia, la dependencia y la adicción.
Sin embargo, ahora está claro que células inmunes que viven dentro de grandes manojos de nervios en tu cuerpo pueden aportar su granito de arena y causar la creación de mensajes de dolor también, lejos de las terminales nerviosas”, explicó la fisióloga estadounidense. “Tomó mucho tiempo para que nos diéramos cuenta de la importancia de estas células, ya que la ciencia no concebía que las células inmunes tuvieran la habilidad de hablar a las fibras nerviosas dentro de los manojos de nervios. Esto simplemente no debía suceder, pero es así.” De esta manera, en respuesta a inflamaciones, infecciones o heridas estas células inmunes se activan y liberan una sustancia que causa que mensajes de dolor sean enviados a la médula y el cerebro.
Los últimos trabajos de Watkins y su equipo les han permitido entender cómo la morfina –utilizada para reducir el dolor- afecta a las células gliales y a las neuronas de manera diferente, al involucrar a diferentes receptores. “Esto quiere decir que podríamos llegar a separar los efectos positivos de la morfina –su habilidad de mitigar el dolor al actuar sobre las neuronas- de todos los efectos negativos que se producen cuando excita a las células gliales”, explicó la médica recientemente en la página web de la universidad donde enseña.
En este momento, intentan desarrollar nuevos medicamentos que efectivamente mitiguen el dolor, sin efectos como la tolerancia, la dependencia y la adicción.

Es una mujer de ejemplo que esta en busca del bienestar y de la calidad de vida del ser humano.




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